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jueves, 27 de octubre de 2011

El espíritu de Halloween



El marketing norteamericano ha convertido Halloween en una de las fiestas más celebradas de nuestro calendario. El próximo 31 de octubre por la noche, las calabazas, las velas y las brujas toman el protagonismo en un escenario -en naranja y negro- por donde vagarán los espíritus procedentes del más allá.

La noche de las brujas y los espíritus está a la vuelta de la esquina. ¿Todavía no has pensado en cómo vas a decorar tu casa para celebrar la noche de Halloween? Ahí van algunos trucos sencillos y rápidos:
  • Juega con la luz tenue y la combinación de los colores naranja y negro para ambientar la casa: un plaid encima del sofà, unas fundas para los almohadones, un mantel de centro para la mesa o un velo naranja translúcido para cubrir una lámpara de pie o de mesa podrían ser algunas propuestas.
  • Llena una cesta con calabazas pequeñas y de diferentes tipos y utilízala a modo de centro en la cocina o en alguna mesa de exterior.
  • Una composición con una calabaza mediana, alguna que otra de pequeña, granadas y hojas secas, todo en tonos ocres y naranjas, puede también funcionar como centro de mesa o como elemento decorativo en cualquier otra zona de la casa.
  • Las velas y las típicas calabazas con la cara de Jack O' Lantern no pueden faltar en una noche de Halloween. Distribúyelas con moderación y acierto por rincones estratégicos de la casa.
  • La gastronomía nos da también la excusa perfecta para hacer algo diferente. Una crema de calabaza podría ser el entrante perfecto para una cena de Halloween, mientras que unos merengues "fantasmas" o unas magdalenas en forma de araña, por ejemplo, pueden dar el toque divertido a los postres.
Una festividad de origen celta

Pese a lo que muchos puedan creer, el origen de la celebración de Halloween lo encontramos en la cultura celta, en la festividad de Samhain, que en irlandés antiguo significa fin del verano.

Los antiguos celtas celebraban el fin de la temporada de cosechas y el inicio de la "estación oscura" y tenían la firme convicción de que la línea que separa el mundo de los vivos con el de los muertos se estrechaba con la llegada de esta fecha, creyendo que los espíritus, tanto benignos como malignos regresaban a casa en esa fecha. La necesidad de auyentar a los espíritus malignos y evitar ser dañados por ellos, explicaría el uso de máscaras y disfraces tenebrosos.

Con los años de romanización y la posterior cristianización del continente hicieron que la festividad del Samhain se mezclara con la del All Hallow's Eve (víspera del día de Todos los Santos).

No fue hasta mediados del siglo XIX, con la llegada de la denominada Gran hambruna irlandesa y la consiguiente migración de alrededor de dos millones de irlandeses a países como Gran Bretaña, Canadá, Argentina, Australia y Estados Unidos, que la festividad fue transmitida al continente americano.

El paso de los años, el marketing "made in Hollywood" y la globalización hicieron el resto para que el espíritu de Halloween regresara a los hogares europeos, esta vez en forma de terror y superstición.

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