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lunes, 26 de diciembre de 2011

Hemos probado: Acer Iconia

El portátil Iconia de doble pantalla táctil de Acer tiene todas las características de un PC de gama alta, pero deja dudas sobre su practicidad. 

El Iconia de Acer es un cacharro fantástico. Es difícil ponerle las manos encima sin sentirse como en una película de ciencia ficción, dando instrucciones con meros gestos. El problema es que tampoco es exactamente práctico. Pero empecemos por el principio.

En lugar de pantalla y teclado, el Iconia es un portátil con dos pantallas táctiles LCD de 14 pulgadas, un procesador Intel Core i5, 4GB de memoria RAM, hasta 750 GB de disco duro y demás características de portátil de gama alta, como dos puertos USB 2.0 y uno 3.0, salida HDMI o webcam.

Acostumbrarse es un proceso. Para empezar, porque muchas veces no tenemos claro en qué pantalla tocar, y a ratos se nos olvida que la de arriba también es táctil. Para seguir, porque escribir en la pantalla no es exactamente lo mismo que hacerlo en un teclado. Para sacar el máximo partido al Iconia necesitaremos todo un proceso de reaprendizaje en la interacción con la máquina.

El mayor inconveniente a la hora de trabajar con el teclado/pantalla inferior es hacer clic. En un portátil convencional, podemos mirar a la pantalla y sentir con los dedos dónde está el botón. Aquí tenemos que mirar arriba y abajo, porque es casi imposible acertar de memoria dónde están lo botones en la pantalla.

A cambio, Acer se ha esforzado por demostrar las posibilidades del Iconia gracias al Acer Ring, un menú que aparece cuando apoyamos los dedos de una mano en la pantalla inferior. Si apoyamos las dos manos, aparece el teclado.

El Acer Ring, una interfaz muy conseguida que Acer también utiliza en sus tabletas, da acceso a las principales funciones, además de permitir configurar gestos vinculados a programas o aplicaciones. Así por ejemplo, no tendremos más que dibujar un cuadrado en el lugar correcto para que se abra el reproductor de música.

También nos da acceso a los dispositivos conectados, el navegador táctil (la experiencia más agradable esnavegar con dos grandes pantallas pero manejándonos con los dedos, como si fuera un smartphone gigante o una tableta) y a los programas de Acer para gestionar vídeo, fotos o música.

Otros detalles de software made in Acer son Scrapbook, un editor gráfico al que se le puede sacar mucho partido, y Social Jogger, el programa de Acer para reunir feeds y medios sociales. Queda claro que Iconia está pensado para el entretenimiento: los que utilicen con frecuencia programas ofimáticos (volvemos a la dificultad de acostumbraros al teclado virtual) no lo encontrarán demasiado práctico.

El software de Acer es una buena forma de manejar un dispositivo táctil, pero la empresa ha optado por combinarlo con Windows 7. El resultado es un poco confuso, y sencillamente no aprovecha tanto las posibilidades del hardware como podría. El problema es que la máquina quiere ser puro futuro, pero el software es presente.

En definitiva, el Iconia es un ordenador estupendo si queremos fardar en la cafetería de moda (también hay que resaltar que es más pesado que un portátil convencional) o sentirnos como si tuviéramos en casa un pedacito de futuro. Tiene todos los componentes de un portátil (¿tableta?) de gama alta; el problema es que de momento su contenido no justifica el despliegue del continente, y es difícil gastarse unos 1.500 euros en un producto sin duda sofisticado, pero que no está del todo logrado.



Por: Redacción de Baquía

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